martes, abril 13, 2010



Cuando pude sentir el amor


Con los ojos negados a la luz del sol

Y lo puños apretados,

Con la desidia habitando en el alma

Y esa falta de ganas de todo y de todos,

Con la fe lastimada y sangrando en mis manos,

Y la muerte de la ilusión al lado del camino.

Cuando las noches se convierten en condena,

Cuando las razones carecen de lógica

Y los puños apretados no te permiten sentir siquiera

El roce de una lágrima amarga en la palma.

Al amor le han clavado una filosa daga en el corazón,

La sangre brota y moja mis pies cansados,

Las convulsiones estremecen mi árida piel

Y me envuelvo en un mar de muerte del cual no se si saldré,

Pero en los últimos estertores

Un pequeño milagro salvó al amor...y a mi vida.

Simples como el aire, pero tan necesarios tus ojos

Claras como el agua, pero tan indispensables tus palabras

Fértil como la tierra y tan esencial tu vientre

Fuertes como los árboles, pero tan suaves tus manos.

Cuando las noches se convierten en aliadas,

Cuando los puños se abren para recibir a otra mano,

Y la sangre derramada por las viejas heridas

Riega nuestro suelo y lo hace más próspero,

Cuando los ojos se abren de cara al día

Y nos pinta una sonrisa de violenta felicidad.

Pasa la vida tan veloz,

Que hasta el tiempo es lento a su lado

Pero pasa y deja huella,

Cuando es el amor quien nos acompaña hasta el fin.

¿Pero cuando sentimos realmente el amor?

Tal vez no nos alcance la existencia

Para descifrar tan tremendo enigma,

Pero cuando una mano nos toma por primera vez,

Cuando el primer beso nos congela el alma,

Eso, es lo más parecido al amor.

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