lunes, abril 12, 2010



INOCENTE NOCHE

¡Oh! Mi preciado instante de eternidad

Tiempo de sentimientos en brocha colorida y ajena

Humor vacuo y superficial, mi agonía es sed

Sed de ilustres pensamientos, de nubes en llamas

De afiladas y punzantes agujas penetrando aquel viejo marco intocable del alma.

Historia hallada , despreciada, fingida, cuéntame de mujeres desnudas

Lascivas, hambrientas de amor. Envenenadas de amor.

Dejadme crecer en limitada eternidad

Llevadme a tu coraza fundida de placeres

Sembrad mi cuerpo en la cuna de los dioses

Abrazadme en la tumba de mis demonios

No robes mi hálito de vida, mientras la mano suave,

Suave de pétalos en flor, hurta mi alma

Con la excusa de una caricia celestial,

Que me transforma en aire, en nube, en miel

En universos de formas poéticas y filosóficas.

Imágenes en mi cabeza denudan mi interior

Veo un paraíso amplio, de cielo azul como cascara de mi cerebro

Un verde luminoso de aire

Un rio amarillo, un rey pobre, gladiador de pesares, no de sus pesares

Veo un arco iris de aguas multicolor,

que en su lomo arrastra soleadas olas ,

Y olas, y olas, de animales alados

Con seres divinos e inexistentes

Soy el mago que pinta su universo….y su tumba

Me llaman muerte, me llaman "sabiduría"

Y el pincel arde en mis manos al ocaso

Solo hace falta llorar, al caminar sobre un sol,

Para apagar silenciosamente su alma.


Historia ?¡

Entre aquel indómito paraíso,
levitaba un haz de luz, merodeaba,
enredado en los hilos de la niebla,
vacilante forma de impresiones tristes,
intrigante caminata de pasos inertes,
mis formas coloridas divagaron y encontraron
a quien pasó de alquimista de amores a brujo infantil
me seduje, de efímeros y casuales recuerdos
como quien se hace adicto a la magia de una flor naciente del sol.
Melancolías pasadas,abono de la eterna fantasía del tímido amor- dijo mientras tramaba una
sarcástica sonrisa, un yo amigo mío, hijo de la tundra marina, tendió su mano a su virtud herida,
herida de la mas porfía conciencia, de la sangre de un universo.
Lo que fué mi mano, de repente yacía de humildad, indiferencia suele llamarse hoy.
Indiferencia al hálito creador
indiferencia a la suavidad.
Tal fué mi beneficio, en el mundo de los grises parpadeantes.


La falta que me haces

Me falta un ala para terminar el vuelo,
me falta una noche para terminar de soñar
me falta una pierna para recorrer el camino
me falta una ilusión, para no claudicar.
Me falta una mano para sentir la compañía,
me falta un silencio para entender la soledad,
me falta un misterio para ser develado,
me falta una sonrisa para poder reír.
Me falta un suspiro para acabar mi aire,
me falta un instante para contemplar,
me falta un brazo para nadar hacia tus costas
me falta un salto, para poder saltar.
Me falta un motivo para no extrañarte,
me falta, amor mio, la fuerza para olvidar.


El último vestigio de tu mirada

se fundió con la danza humeante

de aquel café del adiós, un día cualquiera

en, ya no me acuerdo dónde.

El último suspiro de tus ojos,

se escondió tras un adiós tan breve como letal,

y se mezcló en un impredecible

mar de almas.

Esa danza de humo y mirada herida

se retuerce alrededor del tiempo,

abriendo grietas al olvido, reabriendo heridas

al destino.

Como una burla a los sentidos,

tus palabras se congelaron en mis manos

para derretirse más tarde al abrigo del recuerdo,

mientras te respiraba entre gritos ahogados

y maldiciones que no puedo repetir.

Ya no es ni siquiera mi vida la que vivo,

es la lucha de mi cuerpo contra el letargo,

la eterna batalla de los corazones, contra la soledad.

Mientras mi espada se hunde en tu historia,

la sangre de tus dioses baña mis costas

y tiñe mis pies desnudos del color del adiós.

Ya no me queda ni tu mirada,

Ni el humo del café bailando esa danza trágica,

La mirada del tiempo

Ya no me queda ni el último vestigio de tu mirada.

Pero te amo hoy, te amo desde siempre,

aunque no conozca tu cara

y tu contorno se me torne incomprensible,

aunque la sangre que entre mis dedos se derrama,

tenga olor a despedida, gusto a soledad,

aunque desaparezca en alguna calle de estas...

el último vestigio de tu mirada.


Madre.

Tu paciencia de madre inagotable,
tu leche sabia y savia
que alimenta a nustro fruto
al calor del verano sereno.

Siempre madre que todo lo antepone,
madre día y noche
aún cansada,
aún con la fuerza casi nula.

Te delata la mirada
cuando la ñina duerme,
te delata el corazón estrujado
con alguna enfermedad.

Tu paciencia de madre
me inunda y me calma ante
el llanto que quiebra la noche,
pues también hay una caricia para mi.

Por ser madre,
por tu pecho que alimenta y da vida,
por tu vientre fecundo y tibio,
por tu mirada y nuestra hija, gracias.

A Verónica, la mamá de Camila, mi hija, a quien a pesar que los caminos de la vida nos haya separado siempre le agradeceré por ser MADRE.


UNA GOTA DE INMENSIDAD

Dulce melodía de inspiración ajena,
Sonido triste y sinfónico de la lluvia
Pequeñas gotas esbozando formas armonicas en el asfalto gris, ya húmedo,
Ya olvidado, olvidado de la vida,
Frio punzándome el corazón, como una Luna llena,
llena de lobos tristes,
De falsas miradas, de perdidas sonrisas,
Mi inspiración, robada por aquellos cobardes tristes
Me arrojan sus migajas de universo en inmutable y pérfida lluvia.