miércoles, julio 11, 2007


Por mi paz.

Por mi paz voy sondeando, en los papiros del alba,
deambulando en las cavernas, de estalactitas armadas.
En la cima de los cerros, entre lenguas viperinas
y en los ríos torrentosos de aguzadas rocas frías.

Corriendo en la tempestad, acosada por el viento,
con el invierno en mis manos, paralizando mis dedos.
En el sediento desierto que me ciega las pupilas
y en los excelsos corales de una vida sumergida.

Por mi paz, me abro caminos más allá de las siluetas,
voy tanteando en los reflejos que se trazan como vetas.
En escondrijos oscuros arden mis cirios perpetuos
como bálsamos viables entre mis dogmas ingenuos.

Con mi pluma seré brisa lisonjeando madrigales,
con mis líneas seré agua redundando en manantiales.
Más allá de mis plegarias, sublimare mis reacciones
y hallaré en mis memorias, la mitad de mis razones.

Por mi paz, pinto mis versos de un azul perdurable,
que se destiñe de un tiempo refugiado entre portales,
donde se asoman las musas y las presencias perdidas...
donde aletean serenas las sensaciones dormidas.
Y si te dije...

Te dije y sin saber me fui despacio
por los abracadabras de la idea,
y se me fue del cuerpo las palabras
y el corazón fue pena.
Casi sin comprender, como un fantasma,
sangraba en un cordón de la vereda;
un sueño que creció con propias alas
y se estrelló en la niebla.
Los milagros, tú sabes, se repiten
con regularidades pintorescas;
y duelen y lastiman tantas veces
y tantas y algo más que las miserias.
Líbrenos del amor nuestro destino,
que duele tanto como tanto estrella
transmutada en ceniza y en olvido,
estallada de ausencia.
Se me quedó las ganas de tu abrazo,
tus labios en mis labios, dando vueltas;
y lejos, como siempre, me aniquilo
entre los imposibles y las penas.
Tu amor es como flor de los abismos
que daría mi vida por tenerla
y a un tiempo como siempre me asesino
callando esta pasión que brota y vuela.
Ay amor, ay amor siempre infinito
como la primavera...

Divagando tarde la tarde.


A veces, me lloro el verano entre gabiotas ausentes

e invoco al invierno entre las nubes, cuando

el dolor recuerda tanta imprudencia

cuando la soledad termina de precipitarse


a veces, cuando en pleno dia lleno de sol

se nubla el tiempo entre los cristales,

cuando se caé el silencio entre voces-gritos

impregnados de banalidades...


y a veces, desde algún prisma exortado del tiempo
se arma un nido de interrogantes

y emprende vuelo la desolación.
Nubes

Y de repente me doy cuenta que ya no quiero que me devuelvan mis nubes. No se como aterrizar siquiera pero siempre se puede conciliar un primer intento.
No se como desplegar mis alas si no hay huracan arrastrandolas, pero no tengo remedio para la hipoxia de estos dias. No quedará otra que encajonarlas en algun lugar recondito de mis recuerdos.
No hay nubes.
No hay alas.
No hay sensibilidad ni sueño que hoy me haga falta.
No quiero seguir siendo yo. Ni quiero que mi sombra soñadora me haga eco en cada paso.
Ya no quiero soñar que soñando se vive un sueño.
Ya no quiero vivir alla cuando todo esta cerca.
Ya no me sirve.
Ya no me divierte.
Ya no me hace bien.
Quiero empaparme con mi realidad aunque me entregue abrojos de espinas.
Quiero beber mi vida tal cual es aunque no me agrade de esta manera.
Mi yo soñador, quizas mi unica identidad, es desterrado de mis pensamientos hasta nuevo aviso.
Mi yo soñador, aquel profanador de silencios, aquel endulzador de momentos, aquel conjugador de palabras incoherentes...Aquel que sólo logró herir mis secretos...Aquel, muere.
Y aunque me digan que sin sueños no se vive. Que sin soñar, no se despierta...Sólo me remito a mi propia experiencia.
Vivir es enfrentar la realidad, incluso cuando duela.

Bienvenida seas razon.

Y no me acusen luego de fria, insolente, desconsiderada. Fui yo quien entrego mi esperanza y mis sueños en una canción atolondrada. Pero aun estarían alli, suspendidas en palabras, si tan solo alguien no las hubiese robado a escondidas en una explicación entumecida con la nada.