martes, marzo 27, 2007



A dónde va el tiempo:


Había sol,

pensé en tus ojos,

todo se nubló.

Hacía calor,

imaginé tus piernas,

nieve cayó.

Eran días de anhelos,

vi tu sonrisa,

ahora son de ensueño.

Porque cuando pienso en tus ojos cierro los míos.

Porque cuando imagino tus piernas mi cuerpo tiembla.

Porque cuando veo tu sonrisa todo se renueva

y el otoño se hace primavera.


Ruego.


Dame un verso para florecer

en el sueño y


cantar al viento ó

volar entre brisas

donde el poema

nace,


un verso digo para

pintar a la luna

con un azul-claro

en el verde

oscuro del

pasado,


con violines

ó chelos

tocando

en el

mar y dame


un poema entre

verso y juego en el

centro exacto de

la eternidad , donde


muere el dia

atrás de los

campos, donde


las miradas

parecen un himno

al amor .

Otoño

Otoño sonoro de quebrados ocres,
paisaje alfombrado de un crujir fugaz,
ostentando altivo su fuerte osamenta...
como despojado de su cortedad.

Su añosa nostalgia cabalga en el viento,
mientras se maquilla de un tenue matiz,
segándose en halos de aire rizado
que agita caireles bajo un cielo gris.

Frente a la osadía de un árbol perenne,
que resiste airoso su afrenta vivaz,
se monta a su cierzo y veloz avanza
mientras profetiza que desistirá.

Como paradoja de este juego impío,
su arte despliega, aún sin avistar,
que bosqueja calles de acuarela y cobre,
sobre la hojarasca que forma el vitral.