viernes, abril 02, 2010



Lluvia

La pena golpea contra los cristales
de mi pecho,
como estas gotas qeu veo caer
lentas, hacia su destino final.

Y mis pensamientos más etéreos
toman cuerpo en esta lluvia gris,
que hoy, parece,
no quiere dejar de caer.

Estallan por mil partes
estas pequeñas gotas de soledad
qeu se esfuerzan por inundar
mi cuerpo vacío.

Ni la brisa, ni la tarde escapando
pueden soltar el agobio
que ha anclado en mi pecho
y que el suspiro no puede exhalar.

Siempre es triste la lluvia lejana,
si no moja tus manos,
si no las seca mi refugio,
si no te cierra los ojos, y no podés caminar.

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