viernes, abril 30, 2010



Café Amargo

Ya no hay prósito,
ni fuerza motora que me levante
ni razón para agradecer por este sol
ni estrellas que contar.

No quedan flores en este jardín,
no hay esperanzas de que crezcan
no quedan semillas por germinar
ni lágrimas para regarlas.

Infinidad de minutos se van silenciosos,
minutos que no volverán jamás,
y los veo irse, indefenso,
e incapaz de actuar.

No hay azúcar que endulce este
amargo café solitario,
en el que te escribo a vos,
para que nunca me leas.

Café amargo y denso,
solitarias palabras que encadeno
para ver si logro soltar el dolor,
que me amarra al pasado.

Al espacio vacío que quedó,
a los sueños rotos de una vez,
a los llantos ahogados por la noche
café amargo, que huele a vos.

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