sábado, febrero 20, 2010



Tan lejos, tan cerca.

Tan cerca estás que ni siquiera
puedo rozarte
tanlejos como un abismo,
grande como toda mi vida.

Tan cerca estás que,
no puedo alcanzar tus manos
que yacen tendidas junto a las mias,
inaccesibles, lejanas y dormidas.

Lejana como la ilusión de este cielo
como tus ojos que me devoran,
celestes como el mar que ahora me ahoga,
me traga, me deshace.

Y este muro que construímos nos aleja
y la vida que creamos nos une,
nos distancia, nos duele
como mil espinas en la palma cerrada
como un fulimante destellos que nos cega

Y tu sonrisa que me habla en pasado,
y el tiempo que no se detiene
y golpea las palabras dichas,
y la esperanza que se desgrana
en cada segundo de ausencia.

En la magia que crearon tus ojos sueño,
en ese brillo que viste en los mios lloro,
en cada hueco en que aparece tu nombre
tiemblo con amargura, y te deseo más aún.

El ciclo natural sigue su curso
pero empecinado en inundarme en tus aguas
creo cada minuto en que vendrás,
en que algo volverá a ser, creo en creer.

Tu lejanía duele con ardor infinito
tu cercanía imposible te hace diosa y misterio,
y un velo ausente te borra, te ilumina
para que yo no pueda verte.

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