domingo, mayo 25, 2008



SI SE CIEGAN LOS PORTALES

Oculto en algún arcón, relegado entre afonías,
se reprime en las entrañas asfixiándose en sordina.
Los visos se van muriendo en las miradas furtivas,
como corolas cerradas… con la piel languidecida.

Un ronzal en el presente de ilusiones oprimidas,
un almanaque de estorbos va cerrando las salidas.
Una mordaza de excusas encubriendo viejas ansias,
como el agua embravecida arremete con las llamas.

Y las neviscas del tiempo revistieron la campiña,
enfriando las quimeras que se deprimen cautivas.
Y la ventisca impiadosa sacudiéndose a su antojo,
recubriendo utopías… transformadas en despojos.

La sangre fluye en silencio sin alardes ni diatribas,
sin declinar en su brío… afirmándose en la vida.
El pulso brota en las venas con su compás inmutable,
con un matiz impetuoso de osadía indeclinable.

La esencia brota a un ritmo de presura irrefrenable
como el agua en el torrente que acomete sin rituales.
La lluvia se infiltra osada sin gestionar una anuencia,
y con desparpajo impulsa a gestar supervivencia.

Sucumbe el alma en los ojos si se ciegan los portales,
si se obstruyen las salidas a imaginarios zaguanes,
donde la fe estruja monstruos y arrasa poderíos
y los silentes mortales desafían sus destinos.

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