sábado, febrero 20, 2010



Algunas cosas que pasan (y duelen)


Quizás mi suerte haya gambeteado al destino

Y mientras dejo vagabundear mi mirada

En el infinito de otra calle perdida,

Dejo escapar entre las ruinas del día

El rumor de otro corazón perdido

Mientras los recuerdos dan vueltas

Dentro de un café cortado con melancolía

Los acordés del adiós

Retumban en los rincones más inaccesibles de la razón,

Y ya no abrigan los bolsillos vacíos del alma.

Algunas cosas que pasan

Cuando de pronto la vida nos suelta la mano

Y la ciudad se convierte en interminable desierto

Lleno de ausencias, lleno de vacíos,

Ciudad que se oculta tras los ojos de un extraño.

Y mientras estas cosas pasan,

Siento que le escribo una poesía a no se quien,

Siento como si la burla hubiera pactad con mi vida

Y el precio a pagar sea el desconsuelo, la desazón,

Tal vez un poco de miseria haya inundado hoy mi corazón.

Pero estas cosas pasan…escucho por ahí

Mientras en el barrio bajo, alguien le arranca una queja

A un bandoneón oxidado por viejas lágrimas

Ocultas tras una coraza de guapo de arrabal,

Y mientras el lamento varón del guapo me estremece

Veo que son mis propios ojos los que derraman esta angustia feroz.

Entre más vagabundea mi mirada en la ya desierta ciudad,

Mientras más vueltas dan aquellos lejanos recuerdos

De ya no se que, en mi cansado pocillo de café,

Mientras pienso que mis suertes están echadas, y el destino

Se riera de ello, más siento el vació en el pecho

Y más ganas me dan de nombrarte,

Aunque no sepa tu nombre, aunque nunca hayan tropezado

Nuestras miserias.


Tan lejos, tan cerca.

Tan cerca estás que ni siquiera
puedo rozarte
tanlejos como un abismo,
grande como toda mi vida.

Tan cerca estás que,
no puedo alcanzar tus manos
que yacen tendidas junto a las mias,
inaccesibles, lejanas y dormidas.

Lejana como la ilusión de este cielo
como tus ojos que me devoran,
celestes como el mar que ahora me ahoga,
me traga, me deshace.

Y este muro que construímos nos aleja
y la vida que creamos nos une,
nos distancia, nos duele
como mil espinas en la palma cerrada
como un fulimante destellos que nos cega

Y tu sonrisa que me habla en pasado,
y el tiempo que no se detiene
y golpea las palabras dichas,
y la esperanza que se desgrana
en cada segundo de ausencia.

En la magia que crearon tus ojos sueño,
en ese brillo que viste en los mios lloro,
en cada hueco en que aparece tu nombre
tiemblo con amargura, y te deseo más aún.

El ciclo natural sigue su curso
pero empecinado en inundarme en tus aguas
creo cada minuto en que vendrás,
en que algo volverá a ser, creo en creer.

Tu lejanía duele con ardor infinito
tu cercanía imposible te hace diosa y misterio,
y un velo ausente te borra, te ilumina
para que yo no pueda verte.